'No quisieron o no fueron capaces de contratar rastreadores, y externalizaron una parte del servicio a una empresa que si fue capaz de hacerlo o al menos de cobrar por ello. El rastreo en Madrid sigue siendo una de las grandes incógnitas, no se sabe cuántas personas hay dedicadas a este imprescindible trabajo y la percepción es que son insuficientes y no están bien coordinadas con el resto de la cadena de atención a COVID.
No han querido o no han sido capaces de reorganizar sus hospitales y construyeron el Zendal, con sobrecostes que podrían haber cubierto el gasto de reforzar Salud Pública, Atención Primaria y los hospitales ya existentes. 130 millones de euros solo para satisfacer intereses de las grandes empresas constructoras y de servicios sacando además el personal de las ya insuficientes plantillas de los hospitales de la red pública.