Corren malos tiempos para la sanidad pública. El gasto en hospitales privados crece, el presupuesto destinado a la financiación de la pública apenas aumenta y, además, varía mucho de una comunidad a otra, algo que contribuye a acrecentar las divergencias entre regiones. Y si a esto añadimos que ese dinero inicialmente destinado a la salud muchas veces termina dedicado a otras cosas, la primera frase cobra todo su sentido. Es la radiografía del Sistema Nacional de Salud que ofrece la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública en un informe hecho público este jueves. La Federación reclama que se frene la privatización de la sanidad y se implante un mínimo presupuestario común a todas las comunidades. Un mínimo "finalista", es decir, que el dinero vaya a lo que inicialmente estaba destinado.
El gasto sanitario, además, "no responde a criterios de racionalidad", dicen; se reparte mayoritariamente entre hospitales (53%) y farmacias (23%), y sólo se dedica el 15% en Atención Primaria.
El sector privado alcanza ya el 30% del gasto sanitario en España, uno de los más altos de la Unión Europea. El gasto público descendió del 81% en 1980 al 70% en 2005, según datos de la OCDE, recogidos y analizados por la Federación. "Todo eso sin que se haya demostrado que es mejor y mucho menos más eficiente. España tiene uno de los mejores sistemas de salud públicos de Europa", ha reclamado Marciano Sánchez, presidente de la asociación en Madrid. Es, precisamente, en esa región donde mayor ha sido el proceso privatizador. En la Comunidad de Madrid (gobernada por el Partido Popular) hay ocho nuevos hospitales privados y otros cuatro en proyecto. Una pauta que se repite en otra región gobernada también por el PP, Valencia, donde la privatización afecta además de a la atención hospitalaria a la primaria.
Una "ofensiva privatizadora" que, para Sánchez, busca "el fomento de los intereses económicos privados en detrimento del derecho a la salud de los ciudadanos". El informe de la Federación apunta, sin embargo, que otras regiones han avanzado reforzando la red pública. Es el caso de Extremadura y Castilla La-Mancha. Un ejemplo que deberían seguir, según Sánchez, el resto de comunidades. "Debe haber una potenciación del carácter público del sistema de salud. Sobre todo en estos momentos de crisis. Sólo el sistema nacional de salud público puede asegurar una atención de calidad y eficiente. La privada es mucho más cara y además deja mucho que desear", ha declarado el presidente de la Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública de Madrid.
Listas de espera
El informe critica el "secuestro" de los datos de listas de espera por parte de las autoridades. Algo que, dicen, no permite conocer las desigualdades que se producen entre las comunidades. "La percepción que hay sobre las listas de espera es que son claramente excesivas y con frecuencia inaceptables", dice. La Federación apunta varias causas: falta de camas, escasez de medios y especialistas o falta de protocolos de actuación adecuados.
Critica, además, la "irracionalidad en la utilización de los recursos de la sanidad". El informe menciona una variabilidad no justificada, por ejemplo, en los ingresos hospitalarios. Algo que oscila entre los 97,8 por mil habitantes en el caso de Castilla La-Mancha y los 1.153,4 de Baleares. También los actos quirúrgicos por cada mil habitantes, una cifra que se mueve entre los 71,8 en Cantabria y los 114 en Cataluña.
Gasto farmacéutico
La Federación exige más recursos para la sanidad pública y que se frene el gasto farmacéutico. Una cifra que no ha dejado de crecer cada mes. En abril, por ejemplo, esa cantidad ascendió hasta los 1.086.009.083 euros, un 1,71% más que el mismo periodo del pasado año. Y un gasto que, denuncia, es casi el doble que el crecimiento del gasto presupuestario en sanidad. "Se está gastando más en medicamentos que en atención", reclama Sánchez. Este gasto, asegura, podría disminuir con un mayor uso de medicamentos genéricos.
La Federación reclama además un mayor control de los mecanismos de marketing que hacen los laboratorios hacia los profesonales médicos y que disminuyan los porcentajes que se quedan las oficinas de farmacia por cada medicamento vendido o volumen de venta. Algo que hace, asegura, que se vendan más medicamentos y que se pasen por alto muchas veces que algunos necesitan incluso una prescripción médica.'
Fuente: El País 21/5/09