jueves, 29 de julio de 2010

¿Es la tele-dermatología coste-eficiente?

'Los expertos discrepan sobre la verdadera utilidad de esta práctica. Andalucía y Madrid son las CC.AA.donde está mas implantado este servicio. Su alto precio y las cuestiones legales por los errores diagnósticos,principales dudas'

[...] 'y a su aún baja implantación hay que añadirle la poca motivación por parte del personal médico --que, por otra parte, lo ve como una sobrecarga. Sólo el 40% de los especialistas tiene un tiempo establecido para atender estas consultas de trabajo (especialmente el de AP)-- así como la controversia sobre su supuesta coste-eficiencia.Sobre este respecto Pablo Lázaro, presidente de la Asociación Española de Cáncer Cutáneo (Aseccut) opina que"es caro,y no tiene sentido en un país como España. Sólo lo es para lugares alejados". Además entiende que presenta "problemas legales de quién es el responsable en caso de diagnóstico erróneo" (el médico de AP o el especialista). Sin embargo para Francisco Camacho,jefe del Servicio de Dermatología Médico-Quirúrgica y Venereología del Hospital Virgen de la Macarena de Sevilla, "sólo un 1 por ciento de las pruebas se ha devuelto porque haya habido error",asegura.' [...]



'A pesar de todo, Madrid (donde hay un proyecto piloto), y sobre todo Andalucía, (presente en todas sus provincias salvo Huelva y Jaén) son las comunidades autónomas donde más implantada está la teledermatología.

Recientemente también Castilla-La Mancha se unió a la iniciativa tras el anuncio del Gobierno regional de que extender a toda la comunidad el programa de teledermatología --denominado Dercam-- tras los buenos resultados alcanzados en el proyecto piloto que se desarrollado en los últimos años en la provincia de Ciudad Real, y que muestran una elevada eficacia para el diagnóstico dermatológico a distancia sin que existan diferencias en la fiabilidad diagnóstica al compararse con las consultas convencionales de presencia.' [..]

Fuente y noticia completa: Gaceta Médica Edición 26 de julio al 2 de agosto de 2010, pág 21

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