'El pasado 12 de abril, el presidente de SEOPAN remitió una carta al Consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid en la que solicita una entrevista urgente para reclamar el pago de 80 millones de euros adicionales y un aumento del canon anual que se les paga a las empresas concesionarias de los 7 nuevos hospitales de gestión privada de Madrid.
Vale la pena tener en cuenta qué es y cuando surge SEOPAN. Es la Asociación de Empresas Constructoras de Ámbito Nacional de España, creada en 1956 para defender los intereses de las corporaciones que construyeron las bases militares para el Ejército de los EE.UU. En la actualidad es el principal grupo de presión de las grandes empresas constructoras (ACS, FCC, Acciona, Ferrovial, OHL, Sacyr-Vallehermoso, etc) adjudicatarias de dos de cada cinco grandes obras públicas que se ejecutan en el mundo, de la inmensa mayoría de las del estado español y, para lo que nos ocupa, de las concesiones administrativas para la construcción y gestión de los nuevos hospitales de Madrid.'
'La amenaza de colapsar los nuevos hospitales es la gran baza de las concesionarias para obtener un incremento sustancial de ingresos, tanto en concepto de deuda acumulada no satisfecha, 80 millones de euros, como por incrementos anuales de cerca de 10 millones de euros, justificados en función de aumentos en las inversiones y en la actividad. El instrumento de chantaje que se ha puesto en sus manos es poderoso: la suspensión de la prestación de un servicio público tan esencial como la sanidad.
En la carta de David Taguas aparece además como primer elemento de reclamación, ampliamente desarrollado en el Anexo I y sin embargo no cuantificado, el siguiente: “los efectos provocados por la entrada en vigor del nuevo Plan Contable que provocan una reducción de la rentabilidad del accionista del 11,2% al 7,61%”. '
'Como puede deducirse, lo que David Taguas plantea en nombre de la patronal de las constructoras es que sea la administración sanitaria la que pague “el lucro cesante” derivado del cambio de tratamiento tributario y contable aplicable por el hecho de no asumir riesgos. ¿Alguien da más? Eso se llama, no ya “disparar con la pólvora del rey”, sino que el dinero no del rey, sino público, pague también el transporte de los artilleros.
No es fácil que SEOPAN consiga sus objetivos, no por falta de voluntad por parte de la Administración, sino porque no hay dinero en las arcas públicas y no se va a tocar un pelo a quienes lo tienen. No obstante todo es posible cuando, como ocurre en este caso y en la inmensa mayoría de los contratos públicos que mueven importantes cantidades de dinero, se cuenta con “conseguidores” de la talla de David Taguas que se saben bien los vericuetos de la Administración y las “debilidades” de sus gestores.'
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