martes, 14 de octubre de 2008

Radiografía de los nuevos hospitales. Mucho hormigón para pocas camas

'Recibidores altos y espaciosos; pasillos despejados que ocultan tecnología punta. Aparcamiento, cafetería, peluquería. Todo huele a nuevo. No son hoteles, sino hospitales. Los ocho nuevos centros sanitarios que el Gobierno de Esperanza Aguirre ha abierto en los últimos 10 meses. Nada que ver con el tumulto de batas blancas, pacientes con gotero y gentes cariacontecidas que deambulan por los corredores de baldosas gastadas y corchos con proclamas sindicales de los hospitales públicos de siempre. Nada que ver con el trajín de los cuartos compartidos, las teles de monedas y los sillones desvencijados. A los hospitales nuevos acuden ya un millón y medio de madrileños. Ocho periodistas de EL PAÍS recorrieron esta semana los centros. Conversaron con médicos, enfermeros, celadores, pacientes, y sí, algunos de los sindicalistas con quienes el consejero de Sanidad, Juan José Güemes, se enfrenta estos días en continuos tumultos. Salvo en un caso, médicos y enfermeros están pagados y dirigidos por la Consejería de Sanidad: el resto de los servicios (alimentación, suministro, lavandería) son privados y controlados por la constructora que los levantó. En Valdemoro, el jefe de todos es una compañía, Capio, la propietaria de la Fundación Jiménez Díaz, y la Comunidad paga por la atención a 150.000 personas.'

'Los datos -aportados por sindicatos y recogidos de notas de prensa o documentos, pero no ofrecidos por la Comunidad- también sugieren que no ha crecido el personal. El gasto en ese capítulo entre 2007 y 2008, ya con los hospitales abiertos, sólo ha subido en un 4% real. ¿Hay ahora más camas que antes? ¿Solucionan los nuevos hospitales la saturación de las urgencias de los antiguos? Sanidad no contesta. UGT mantiene, que según datos de la propia consejería, abrir los nuevos hospitales implicaría cerrar 1.000 camas de los antiguos. La ganancia real es de 317. Mucho hormigón para tan pocas camas.'


"El problema es el ahorro"

Un centro casi vacío con 30 camas cerradas

El paraíso de la descoordinación

El centro comercial de la salud

Una inauguración a la carrera

Lo público casa mal con lo privado

Parir en un baño y cinco horas en rehabilitación

"Tengo un don para agradar"

"Hay precariedad laboral"

"La plantilla se queda corta"

Un escrito para pedir un zumo'

Fuente: El País 12/10/08

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