'El Consejo de la Federación de Sanidad y
Sectores sociosanitarios, celebrado los pasados días 29 y 30 de Junio,
decidió por unanimidad, rechazar el Proyecto de Real Decreto por el que
se fijan las bases para la implantación de las Unidades de Gestión
Clínica en el ámbito de los Servicios de Salud, presentado por el
Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e igualdad tanto en las formas
como en el fondo
En las formas, CCOO viene a denunciar
que este Proyecto de Real Decreto no ha cumplido con el proceso de
negociación previa en el Ámbito de Negociación, ya que se ha pasado por
el mismo, una vez que ya había sido negociado previamente con el FORO DE
LAS PROFESIONES, reconocido por ambas partes (Ministerio y
representantes del Foro), en la discusión en el Ámbito y manifestado
públicamente ante los medios de comunicación
Y sólo ha pasado
por el Ámbito cuando ya se había iniciado el período de consultas. Con
lo que parece evidente, que se ha hecho para cumplir una formalidad y
que en todo caso no se ha negociado se ha consultado a las
organizaciones sindicales más representativas.
En el fondo,
porque el Proyecto de Real decreto, abre las puertas a una futura
privatización del sistema, por cuanto, permita una progresiva asunción
de autonomía a dichas Unidades sin ningún tipo de limitación, lo que
unido a que en 2013, el Gobierno utilizó la Ley 10/2013, sobre
farmacovigilancia, para introducir de forma unilateral modificaciones a
la LOPS y al Estatuto Marco. Crea la figura de situación de servicios de
gestión clínica (artículo 54 bis EM) con el claro objetivo de
facilitar el paso de personal estatutario a centros funcionalmente
privatizados para desempeñar en ellos funciones de gestión clínica,
protegiendo de manera indefinida tanto el cómputo de su antigüedad como
la reserva de su plaza de origen ante una posible reincorporación. Sin
ninguna negociación en el Ámbito de Negociación.
Este proyecto de Real Decreto lo podríamos denominar como unidades de gestión de recursos limitados.
Si bien el modelo de UGC se ha definido hasta el momento con límites,
acentuando la calidad, la participación y la autonomía profesional como
señas teóricas de identidad, hay quien pretende en estos momentos
desviar su desarrollo para constituir unidades en las que el objetivo
principal pasa a ser la gestión presupuestaria, el recorte de recursos
con implicación de los profesionales. Este nuevo modelo de unidades no
se limitaría a promover la autonomía profesional, sino que promovería la
constitución de unidades independientes en el seno de los centros
hospitalarios, dotados de personalidad jurídica propia y capacidad de
gestionar sus propios recursos, tanto los económicos como los
tecnológicos y los humanos, con independencia de la gerencia del
hospital. Este modelo es una vía de ruptura de los marcos actuales de la
gestión y provisión de servicios sanitarios, sin que ello tenga que
conllevar por sí sólo un proceso de privatización pero abriendo la
puerta a ello, al tiempo que implica una ruptura de los marcos de
relaciones laborales y de negociación y participación sindical.
El
Sistema Nacional de Salud requiere un profundo debate sobre retos de
futuro que trascienden el limitado a la gestión clínica. Por ello, hemos
impulsado propuestas en relación con la sostenibilidad del sistema (su
financiación y la necesidad de aumentar los ingresos, las garantías de
suficiencia presupuestaria exigibles, la modificación de los criterios
de financiación, la mejora de la gestión económica, las mejoras
asistenciales, la necesaria revisión del sistema de copagos); la
suficiencia (con modificaciones exigibles para garantizar la
universalidad de la prestación sanitaria y la necesaria revisión de las
carteras de servicios); la equidad (destacando la calidad y la cohesión
entre las propuestas); la racionalidad (mejorando los sistemas de
información y de gestión); y la gobernanza (la transparencia, la
participación y la información son elementos clave para el buen
funcionamiento del SNS).
Así mismo, las organizaciones sindicales
debemos tener un papel activo ante el desarrollo de la gestión clínica y
la organización de la misma, o no, en Unidades. Sea una u otra la vía
elegida estamos hablando de implicación profesional, determinación de
objetivos, reorganización de la actividad, introducción de incentivos y
sistemas de evaluación. Nada de ello nos resulta ajeno.
La
constitución de UGC no debe romper los ámbitos de negociación
existentes. No pueden ser espacios ajenos a los ámbitos de aplicación de
pactos, acuerdos o convenios colectivos firmados. Cualquier ámbito de
negociación debe respetar los marcos generales previamente acordados y
contar con las organizaciones sindicales. Lo que sin duda en el proyecto
de Real Decreto se obvia claramente, incumpliendo el Capítulo IV, de la
Ley 7/2007 EBEP, referido al Derecho a la negociación colectiva,
representación y participación institucional.
Consideramos hoy
que el Sistema Nacional de Salud afronta retos más necesarios e
ineludibles que la Gestión Clínica. Mejorar su sostenibilidad,
suficiencia, equidad, racionalización y gobernanza debe orientar
nuestros objetivos. En este marco se debe producir el debate sobre la
gestión clínica y la necesidad o no de organizarla en unidades en
función del cumplimiento o no de los mínimos requisitos exigibles.
En cualquier caso de haberse dado un verdadero proceso de negociación, desde CCOO realizamos las siguientes propuestas:
1.-
Entendemos que los objetivos de la gestión clínica deben estar claros,
ser conocidos y medibles a través de indicadores, y sometidos a
evaluaciones periódicas, conocidas y transparentes, que contribuyan a la
constante mejora de la actividad sanitaria y con participación
sindical.
2.- La dirección de las Unidades de Gestión Clínica debe implicar dedicación exclusiva.
3.- No
vamos a avalar proyectos de gestión clínica que no tengan definidos
ratios de personal (vinculados a TIS en Atención Primaria y vinculados a
actividad asistencial, camas hospitalarias, población atendida, en
Atención Especializada), basados en ratios acordados en el conjunto del
SNS. No podemos avalar proyectos que sólo basan su eficiencia en el
ahorro en políticas de personal sin tener en cuenta la calidad en la
atención que se presta. Máxime en estos momentos en que muchos
profesionales están saliendo de nuestras fronteras por falta de
perspectiva de trabajo en el futuro más inmediato.
4.-
Consideramos que los incentivos ligados al desarrollo de funciones de
gestión clínica deben ser no sólo económicos, sino estar ligados al
desarrollo profesional, la formación continua y la docencia. Los
incentivos tienen que ser previamente definidos, conocidos y aplicados
con objetividad, afectando a todo el personal.
5.- Entendemos
que los modelos de gestión clínica y su organización tienen distintas
peculiaridades en el ámbito de la atención primaria. Más allá de la
coordinación entre niveles, que puede dar lugar a la participación
compartida en la gestión de procesos, consideramos que en el específico
ámbito de la atención primaria el desarrollo de la gestión clínica no
requiere fórmulas organizativas específicas.
6.- En el caso de
que se constituyesen Áreas o Unidades de Gestión Clínica, éstas serían
incompatibles con las estructuras de Servicio o Departamentos, no
pudiendo coexistir dos líneas jerárquicas.'
Fuente: Nota de Prensa de la Federación de Sanidad y Servicios Sociales de CCOO de 3/07/2015
Blog de APISCAM
ATAJOS:"Entradas importantes", "Entradas nuestras"
(feed) y canal de "Informática sanitaria"(feed). Entradas sobre sentencias, sobre jurisprudencia (Supremo y TJUE) y sobre jurisprudencia pendiente
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario