Según un conocido bloguero del sector "la clase política tiene que mirar con respeto el fenómeno, con oídos atentos y sacando lecciones y consecuencias". Desde este medio nos limitamos a trasladar a nuestros lectores algunas de las propuestas allí planteadas y que a juicio de nuestro reportero parecieron gozar de amplio consenso entre los asistentes:
- la declarada como primera y fundamental: fomentar la participación del ciudadano en su propia salud y en la de su comunidad, atendiendo a las particularidades de cada barrio
- la sanidad debe ser pública, universal y gratuita, especificando que tanto la gestión como la provisión lo sean por medios públicos - o lo que es lo mismo, negativa a la "privatización" de la sanidad- y oponiéndose tanto a la mercantilización de la asistencia sanitaria como al copago sanitario, redenominado aquí "repago"
- uso eficiente, racional y sobre todo responsable de los recursos humanos, materiales y económicos
- mayor control público y transparencia en las relaciones con la industria farmaceútica, con mayor intervención pública en la provisión de los medicamentos más comunes y necesarios
- acceso libre del ciudadano a la información sanitaria, en especial, los indicadores sanitarios reales
- un modelo sanitario más centrado en la Atención Primaria bien integrada no sólo con la Atención Especializada sino también con Dependencia y Servicios Sociales
- más incidencia en las políticas de promoción y prevención de la salud pública y también medioambiental así como a la educación en la escuela en la salud y hábitos de vida saludable, estrategias que sumadas , según los asistentes, podrían ahorrar mucho dinero en una sanidad destinada cada vez más a contar con un mayor peso del tratamiento de crónicos que de agudos
- especial atención a la Salud Mental
- apoyo a un modelo de investigación sanitario menos endogámico y con menos relevancia de las patentes