'La pasada semana los servicios jurídicos del Ministerio de Sanidad y Política Social han examinado el decreto de área única de salud en la Comunidad de Madrid, en la que gobierna el Partido Popular. En el mismo contexto, fomentar o no la colaboración entre la sanidad pública y la privada con frecuencia se utiliza por los partidos políticos de la oposición para criticar al gobierno. Tal vez esto depende de la población de cada autonomía. ¿Necesita Extremadura de este tipo de colaboración?
La riqueza de España está en su diversidad. Respecto al área única, nosotros la tenemos aquí desde el inicio de las transferencias. Pero no sólo porque queríamos que la Primaria y la Especializada estuvieran juntas, sino porque yo tenía un especial interés (porque había sido consejero de la parte de salud pública previa a las transferencias) por que la sanidad pública no fuera nunca pobre. Para ello había que introducir en la gestión sanitaria el concepto de la salud pública, de la promoción y de la educación sanitaria de la población como un elemento básico. A nosotros nos ha dado buen resultado tras ocho años de experiencia en este ámbito.
Por otro lado, España se compone de comunidades autónomas en las que el 99 por ciento de la población hace uso del sistema público (como es el caso de Extremadura), y otras en las que hay un treinta por ciento de la población que no hace uso del sistema público (como puede ocurrir en Baleares o en Madrid en algunos casos), aunque con la crisis esta opción tiende a ser cada vez menor.
Hay sitios donde la empresa privada no va entrar porque no le es rentable (desde luego el medio rural no le es rentable, porque hay que dotarlo de unos recursos que luego no producen resultados positivos) y hay sitios que sí.
Desde mi posición, es muy fácil evidenciar que otros tenían que hacer lo que nosotros estamos haciendo. Ahora, yo tengo una posición muy clara: nunca le otorgaría a la sanidad privada responsabilidades sobre población concreta, porque creo que eso introduce una distorsión clara en la selección de la patología. Pero sí entiendo la complementariedad, y nosotros tenemos concertados la mayor parte de las clínicas de diálisis, todo el transporte sanitario... cómo no voy a reconocerla, pero nunca le entregaría un área a una empresa privada.
Gaspar Llamazares propuso una iniciativa en el Congreso para frenar este tipo de acciones, a la que el PSOE se adhirió en un principio y de la que ahora parece desmarcarse. Tal vez la postura del partido varía en función de la comunidad de la que se trate, es decir, no hay una posición única en este asunto, ¿no cree?
La ministra [de Sanidad y Política Social, Trinidad Jiménez] a mi juicio, está trazando una excelente trayectoria, a pesar de que no viene del sector de la sanidad (eso demuestra que no siempre es cierta la máxima que dice que quien conoce más el sector lo gestiona mejor). Introduce la frescura de quien viene de fiera y está siendo, a mi juicio, muy prudente. En sanidad hay que ser muy prudente.
En la España de hoy, hemos permitido un desarrollo de las autonomías por medio del cual éstas adquieren una responsabilidad respecto a sus competencias. Imponer cosas es, pues, complicado. Es decir, intentar atar, desde las Cortes generales, desarrollos aplicables en las comunidades autónomas a estas alturas de la película resulta difícil, al menos si eso no se hace en un contexto más amplio (un profundo pacto que salga del convencimiento de las propias comunidades autónomas).
En estos momentos, intentar atornillar o eliminar fórmulas de gestión que puedan estar siendo utilizadas, supondría un problema de una enorme trascendencia. Uno tiene que ser fiel a sus ideas, pero hay que ser también posibilista y pragmático, y hay que huir de cosas que no resolverían nada sino que generarían más problemas.'
Fuente y entrevista completa: Redacción Médica 16/02/2010
La riqueza de España está en su diversidad. Respecto al área única, nosotros la tenemos aquí desde el inicio de las transferencias. Pero no sólo porque queríamos que la Primaria y la Especializada estuvieran juntas, sino porque yo tenía un especial interés (porque había sido consejero de la parte de salud pública previa a las transferencias) por que la sanidad pública no fuera nunca pobre. Para ello había que introducir en la gestión sanitaria el concepto de la salud pública, de la promoción y de la educación sanitaria de la población como un elemento básico. A nosotros nos ha dado buen resultado tras ocho años de experiencia en este ámbito.
Por otro lado, España se compone de comunidades autónomas en las que el 99 por ciento de la población hace uso del sistema público (como es el caso de Extremadura), y otras en las que hay un treinta por ciento de la población que no hace uso del sistema público (como puede ocurrir en Baleares o en Madrid en algunos casos), aunque con la crisis esta opción tiende a ser cada vez menor.
Hay sitios donde la empresa privada no va entrar porque no le es rentable (desde luego el medio rural no le es rentable, porque hay que dotarlo de unos recursos que luego no producen resultados positivos) y hay sitios que sí.
Desde mi posición, es muy fácil evidenciar que otros tenían que hacer lo que nosotros estamos haciendo. Ahora, yo tengo una posición muy clara: nunca le otorgaría a la sanidad privada responsabilidades sobre población concreta, porque creo que eso introduce una distorsión clara en la selección de la patología. Pero sí entiendo la complementariedad, y nosotros tenemos concertados la mayor parte de las clínicas de diálisis, todo el transporte sanitario... cómo no voy a reconocerla, pero nunca le entregaría un área a una empresa privada.
Gaspar Llamazares propuso una iniciativa en el Congreso para frenar este tipo de acciones, a la que el PSOE se adhirió en un principio y de la que ahora parece desmarcarse. Tal vez la postura del partido varía en función de la comunidad de la que se trate, es decir, no hay una posición única en este asunto, ¿no cree?
La ministra [de Sanidad y Política Social, Trinidad Jiménez] a mi juicio, está trazando una excelente trayectoria, a pesar de que no viene del sector de la sanidad (eso demuestra que no siempre es cierta la máxima que dice que quien conoce más el sector lo gestiona mejor). Introduce la frescura de quien viene de fiera y está siendo, a mi juicio, muy prudente. En sanidad hay que ser muy prudente.
En la España de hoy, hemos permitido un desarrollo de las autonomías por medio del cual éstas adquieren una responsabilidad respecto a sus competencias. Imponer cosas es, pues, complicado. Es decir, intentar atar, desde las Cortes generales, desarrollos aplicables en las comunidades autónomas a estas alturas de la película resulta difícil, al menos si eso no se hace en un contexto más amplio (un profundo pacto que salga del convencimiento de las propias comunidades autónomas).
En estos momentos, intentar atornillar o eliminar fórmulas de gestión que puedan estar siendo utilizadas, supondría un problema de una enorme trascendencia. Uno tiene que ser fiel a sus ideas, pero hay que ser también posibilista y pragmático, y hay que huir de cosas que no resolverían nada sino que generarían más problemas.'
Fuente y entrevista completa: Redacción Médica 16/02/2010
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