'“La
transferencia de tecnologías ómicas de la investigación al ámbito
clínico ha impulsado nuevas oportunidades de diagnóstico y cambiado el
paradigma de las pruebas genéticas”, afirmó Ángela Pozo, coordinadora de la Unidad de Bioinformática del Instituto de Genética Médica y Molecular (INGEMM), en el marco de la jornada Bioinformática, motor de innovación, organizada por Instituto Nacional de Bioinformática (INB), con la colaboración de Atos, Intel e ITER, que ha reunido hoy a investigadores del ámbito clínico y profesionales de la bioinformática.
La jornada fue el marco elegido para la presentación formal de España como miembro de pleno derecho del Proyecto europeo ELIXIR a través del INB. El objetivo de ELIXIR es, en palabras de Alfonso Valencia,
responsable del programa de Biología Estructural y Biocomputación del
CNIO y director de Instituto Nacional de Bioinformática, “crear una gran infraestructura europea estratégica que de soporte a los proyectos de ciencias de la vida”.
La jornada comenzó con un panel dedicado a la Bioinformática desde la perspectiva de la industria, el ámbito clínico y la investigación. En ella, Craig Rhodes,
responsable de Innovación en el Área de Salud y Ciencias de la Vida de
Intel, explicó el éxito del modelo de colaboración desarrollado con el Imperial College of London,
donde un equipo de profesionales de Intel con perfil bioinformático se
encarga de diseñar soluciones con el fin de acelerar los procesos en la
investigación. Por su parte, Natalia Jiménez, responsable de
desarrollo de negocio en Ciencias de la Vida en Atos, abordó el papel de
Atos como socio tecnológico global en el ámbito para los proyectos de
Ciencias de la Vida donde la bionformática juega un papel esencial.
Según Natalia, Atos proporciona una visión 360º que va desde la
supercomputación a los motores analíticos apoyados en arquitecturas de
Big Data. Andrew Smith, director de relaciones institucionales de ELIXIR
destacó el papel de este proyecto de gestión de datos en ciencias de la
vida como estratégico y el impulso que supone la reciente adjudicación
de nuevos fondos europeos (EXCELERATE). Alfonso Valencia, desde
su papel de director del INB, explicó los objetivos de esta institución
así como las tareas que se desarrollan en el mismo y su importante papel
como nodo español de ELIXIR. En la sesión dedicada a la Bioinformática aplicada a la Salud, Fátima Al-Shahrour,
directora de la Unidad de Bioinformática Traslacional en el Centro
Nacional de Investigaciones Oncológicas nos habló de las últimas
novedades de un proyecto orientado a la caracterización completa del
cáncer de los pacientes a través de la generación de ratones avatar que
se utilizan como dianas para el testeo de diversas combinaciones de
fármacos con el objetivo final de prescribir un tratamiento preciso a
los pacientes. Ángela del Pozo puso de manifiesto la importancia
de los perfiles en bioinformática en el ámbito hospitalario para abordar
los desafíos que plantea el manejo de los datos genómicos. Ángela Pozo es la coordinadora de la Unidad de Bioinformática del Instituto de Genética
Médica y Molecular (INGEMM), encargada de procesar los datos genómicos
producidos por el Hospital La Paz con el objetivo de diagnosticar,
fundamentalmente, enfermedades pediátricas. “INGEMM –afirmó- es
un claro ejemplo de traslación de la bioinformática al ámbito
sanitario. La Next Generation Sequencing (NGS) proporciona una mejor
comprensión de las asociaciones genotipo-fenotipo en la enfermedad que
potencialmente podrían mejorar la calidad de vida y la salud de millones
de personas en todo el mundo. El NGS es una realidad en muchos
hospitales de Europa y Estados Unidos y el éxito de este nuevo enfoque
es la capacidad de las instituciones para constituir equipos
multidisciplinares colaborativos que facilitan la realización, análisis e
interpretación de datos”. Según Ángela del Pozo, la presencia de
profesionales bioinformáticas en la práctica clínica aporta nuevas
perspectivas y soluciones y son esenciales para llevar a cabo el cambio
hacia una medicina más personalizada. “Hay que abordar otros desafíos –añadió- como
la mejora de la interpretación y presentación de los resultados, la
armonización de las normas de calidad de los análisis, la integración de
grandes datos de repositorios compartidos”.
En la misma sesión, Jacques Beckmann,
máximo responsable del del Grupo de Bioinformática Clínica del
Instituto Suizo de Bioinformática (SIB), dedicado a proveer recursos los
investigadores en ciencias de la vida a nivel internacional, en campos
como la genómica, la proteómica y la biología de los sistemas, habló de
la utilización clínica del “tsunami de datos que se está produciendo como consecuencia del abaratamiento de las técnicas de producción masiva”. Rafael Navajo,
Gerente de Desarrollo de Negocios Internacionales de GMV resaltó la
importancia de la “minería” de los registros médicos. Finalmente, Manuel
Cendagorta‐Galarza López, director del
Instituto Tecnológico y de Energías Renovables ITER y Carlos Flores,
investigador senior en el Hospital Universitario de Nuestra Señora de la
Candelaria, hablaron de la revolución que suponen los nuevos servicios
de supercomputación en la mejora y aceleración de los trabajos de los
departamentos de bioinformática.
La jornada concluyó con un panel dedicado a Perfiles profesionales, bioinformática y genómica en la industria, donde Robert Sugar,
Arquitecto de Salud y Ciencias de la Vida en Intel describió el nuevo
papel y cometidos del bioinformático en la industria TI y declaró que “es necesario actualizar los sistemas educativos para formar estos nuevos profesionales”. Marisol Quintero,
directora general de Bioncotech Therapeutics, compañía biofarmacéutica
dedicada al desarrollo de nuevos tratamientos oncológicos, explicó cómo
esta compañía desarrolla y gestiona los proyectos desde el punto de
vista de la cadena de valor, “desde la formulación de los compuestos, manufactura y desarrollo preclínico hasta los ensayos clínicos”. Finalmente, Manuel Pérez-Alonso,
Director del Instituto de Medicina Genómica de Valencia dedicó su
intervención a la promoción de la investigación biomédica y ciencia
traslacional a través de la iniciativa empresarial.TIC y Ciencias de la Vida
El
Big Data, el Cloud y la Supercomputación son herramientas cada día más
utilizadas en la práctica clínica y elementos clave para la
bioinformática, una disciplina que integra las TIC con las ciencias de
la vida y que está impulsando una transformación radical de la Medicina.
Gracias a la bioinformática, en los últimos años se han producido
enormes avances en campos como la genómica que tiene gran impacto en la
lucha contra el cáncer y el conocimiento y tratamiento de las
denominadas enfermedades raras. La bioinformática es la base de la
Medicina de Precisión, que pone su foco en el mantenimiento de la salud
para prevenir la enfermedad.
La
jornada abordó la Bioinformática desde una triple dimensión: la
investigación, el ámbito clínico y la industria, y las sinergias entre
estos grandes actores. Mostró también los últimos avances en disciplinas
como la genómica médica y la minería y análisis de los datos.
Finalmente, analizó los nuevos perfiles profesionales que demanda la
bioinformática, la gestión de la innovación en el área de biotecnología y
la promoción de la colaboración público-privada en la Investigación
Biomédica y Ciencias Traslacionales.'
Fuente: Nota de Prensa de ATOS de 12/11/2015 recibida en APISCAM
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viernes, 13 de noviembre de 2015
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