Güemes, en el ojo del huracán

ROBERTO BÉCARES
MADRID.- Juan José Güemes Barrios (Madrid, 1969) se ha convertido a la fuerza en el consejero más conocido del Gobierno Aguirre. Muchos madrileños quizá no sepan su nombre, pero cuando le ven en la televisión, con decenas de representantes sindicales abucheándole en los hospitales, dicen 'tate'... "Ése es el de Sanidad, que le montan unos 'pollos' de la leche". Otros le reconocen por su melena, acaracolada, muy 'genovesa', por la que ya el díscolo Cepeda (PSOE) le bautizó como "el pocholo" de la política madrileña.
Precisamente 'por los pelos' se salvó Güemes de la purga de consejeros tras el Congreso Nacional de Valencia. Esperanza Aguirre prescindió de Alfredo Prada y Manuel Lamela después de que Mariano Rajoy los incluyera en el Comité Ejecutivo Nacional. En ese comité también entró Güemes, al que no se esperaba. La presidenta le salvó de la quema, quizá sabiendo que alguno de sus 'cachorros' se iba a tener que quemar igual en la pirra de Sanidad, la cartera más problemática, la más sensible a las críticas.
Los que conocen su trabajo saben que es constante, que le echa muchas horas, y que todo esto de las protestas no va a marcar su agenda. Durante las últimas semanas las ha vivido de todos los colores, incluso algunas con bastante vehemencia, objeto de investigación por la Fiscalía.
Los sindicatos le hacen responsable de lo que consideran la "privatización" de los ocho nuevos hospitales. Él aguanta, insiste en que el servicio sanitario es público y arremete contra los "liberados" mientras les llama a la calma y les ofrece la mano para proseguir el diálogo. Así es él.
Licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales por la Complutense, 'ratista' y yerno de Carlos Fabra, el 'jefe' del PP de Castellón, Güemes entró en el partido allá por el 93. Le llamaron para incorporarse a la asesoría parlamentaria del PP en el Congreso. Por entonces era simpatizante, no militante.
Su eficencia hizo que Rodrigo Rato lo llamara a filas en el 96. se convirtió en uno de sus más fieles asesores. Seis años más tarde le dio la secretaría general de Turismo, desde la que el madrileño impulsó numerosos proyectos. Su saltó al equipo de Aguirre fue el 11 de marzo de 2003, cuando tras las repetidas elecciones de noviembre, fue nombrado consejero de Empleo y Mujer, una cartera de bajo perfil. Tras ganarse la confianza de la presidenta, saltó en 2006 a Sanidad, la 'tumba' de Manuel Lamela. Un marrón, vamos.
Fuente: El Mundo