La presidenta jugó a confundir, a sabiendas de que su intervención ante los dirigentes populares era pública, y los metió a todos en el mismo saco: partidos, sindicatos y ciudadanos. Las culpas se las atribuyó a los socialistas, a los que acusó de abanderar una oposición de "espectáculo bochornoso, broncas y trifulca callejera". A IU ni la mencionó.
Aguirre repitió además el chascarrillo que se ha generalizado entre sus consejeros: que los socialistas "han subcontratado a los sindicatos" para hacer oposición. "La imagen de bronca callejera que está dando el Partido Socialista es propia de otro momento histórico", dijo la presidenta. "Nos ayuda a presentarnos como un partido moderno, abierto y dialogante".
Aguirre advirtió a los dirigentes del PP de que sus críticos, "con insistencia propagandística", "repiten que el PP quiere acabar con la educación y la sanidad pública". Y les recordó que la ley permite gestionar los servicios públicos por concesión directa o indirecta aunque, según dijo, "se ha demostrado" que la última es la "fórmula más efectiva". No explicó en qué estudios basa sus afirmaciones. Luego recalcó que las administraciones públicas deben ser "garantes de los servicios públicos y no los proveedores".'
Fuente: El País
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