'La realidad sanitaria española no ha sido un punto y aparte en esta pacífica revolución. Desde hace semanas, grupos de médicos, enfermeros, fisioterapeutas, psicólogos y otros interesados en la materia se reúnen en diferentes ciudades para diseñar las propuestas del cambio en defensa de la salud y de la sanidad pública. El grupo más activo es el creado en Madrid, que ya ha logrado que la asamblea general de Sol consensúe un manifiesto que gira en torno a cuatro puntos capitales: la sanidad pública para todas las personas, la participación activa de las personas en la salud, la mercantilización y el negocio de la sanidad, y la salud en todas las políticas.
Contra los que tildan de idealistas a los seguidores de esta corriente social, leer la declaración del 15-M sanitario sirve para comprobar que muchas de la reivindicaciones de estos profesionales sanitarios son tan realistas como las que solicitan los representantes oficiales del colectivo desde hace tiempo. Por ejemplo, los promotores de este manifiesto consideran fundamental "promover que la atención primaria se convierta en el eje principal del Sistema Nacional de Salud", una demanda que ya es casi un dogma de la sanidad del siglo XXI que nadie se atreve a refutar, aunque las decisiones políticas vayan por otro lado, como denuncia el Foro de Atención Primaria.
Otra cuestión que pone de relieve la receta de los indignados sanitarios es el "uso eficiente y responsable de los recursos humanos, materiales y económicos, desvinculando de esa gestión al poder político", un estribillo común en las demandas sindicales: políticas de personal sin colores. Las directrices técnicas con ojos de profesionales por encima de las decisiones oportunistas que hunden los avances en planificación.
Hay más similitudes entre lo que piden desde las plazas y lo que solicitan desde los órganos oficiales de representación profesional: "Potenciación de la investigación en la sanidad pública", también en el ámbito de las enfermedades menos comunes; rechazo de lo que los firmantes del manifiesto llaman "copago/repago, ni directo, ni indirecto", impulso a la salud mental, presupuestos sanitarios finalistas y activación del análisis y la evaluación del impacto sobre la salud de las personas del desarrollo de todas las políticas públicas de educación, política social, medio ambiente, urbanismo, trabajo, inmigración, economía... Es decir: un enfoque transversal de la salud que tiene mucho que ver con la educación de la población, empezando por la sensibilización de los dirigentes políticos.
Señas propias
La declaración respaldada por el movimiento tiene además otros puntos que le confieren identidad propia: "No a la privatización de la sanidad, derogación de la Ley 15/97 [de Nuevas Formas de Gestión en la Sanidad] y las leyes autonómicas que la desarrollan. No a los conciertos privados. Diagnósticos de salud comunitarios para el diseño de políticas sanitarias. Reconocimiento y regulación de los profesionales y de las terapias naturales y medicinas no convencionales efectivas, aprobación de "una ley que garantice la participación real de la población en la gestión de los servicios sanitarios mediante órganos paritarios con carácter decisorio...' [...]
Corriente en la web
'Internet y las redes sociales han sido la mejor herramienta de difusión de todo el movimiento 15-M y también lo están siendo para el sector sanitario de esta corriente ciudadana a favor de una reforma social. Aunque las reuniones presenciales siguen vivas, los encuentros digitales son el vehículo por el que circulan las ideas y las iniciativas y por donde deambula ahora el Manifiesto por la Salud y la Sanidad Pública.
El grupo madrileño habla en voz alta desde https://groups.google.com/
Fuente y noticia completa: Diario Médico 27/07/2011
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