martes, 13 de noviembre de 2012

'El Gobierno regional cierra uno de los 33 hospitales madrileños. El Instituto de Cardiología, en Medicina de la Complutense, se clausura a finales de año'

[El País 12/11] 'Entre los muchos anuncios de cariz sanitario que hizo el presidente, Ignacio González, cuando el 31 de octubre presentó su proyecto de presupuestos —euro por receta, privatización total de la gestión de los nuevos hospitales, transformación de La Princesa en centro para mayores de 75 años, conversión del Carlos III en centro de media y larga estancia...— no mencionó que pensaba cerrar el Instituto de Cardiología, un hospital de apoyo que resultó el mejor valorado de su categoría en la encuesta de satisfacción de 2011 hecha pública por la Consejería de Sanidad. Tampoco en la rueda de prensa que ofreció el consejero de Sanidad, Javier Fernández-Lasquetty al día siguiente, 1 de noviembre, apareció el cierre del Instituto de Cardiología. El Plan de Medidas de Garantía de la Sostenibilidad del Sistema Sanitario Público, que enumera los recortes y privatizaciones que se llevarán a cabo en los próximos meses, no hace ninguna mención a este hospital en sus 11 páginas.


Los trabajadores se enteraron hace unos días. Muchos, a través de la intranet corporativa. Otros se encontraron con un documento colgado en el tablón de anuncios. “De: gerencia. Para: todo el personal”, iba encabezado el texto, fechado el 2 de noviembre, al que ha tenido acceso este diario. El gerente les comunicaba que la viceconsejera de Sanidad le había convocado el 31 de octubre para informarle de que, “dentro del marco de los recortes establecidos en el ámbito sanitario en la Comunidad de Madrid, el Instituto de Cardiología cesará en su actividad con carácter definitivo el próximo 31 de diciembre de 2012”. El gerente añadía: “Las previsiones que me han sido comunicadas por la viceconsejera son que, a partir de esa fecha el personal fijo será adscrito al hospital Clínico San Carlos”. Y concluía señalando que le habían encomendado con la gerencia de este centro “para realizar este proceso de la mejor manera posible”.
El Instituto de Cardiología cuenta, según los últimos datos disponibles, con 172 trabajadores. De ellos, 94 son sanitarios (médicos, enfermeros, técnicos especialistas, auxiliares y fisioterapeutas) y 76 no sanitarios (administrativos, celadores, personal de hostelería, un “capellán”, etcétera). Dos más son directivos. Según el presidente del comité de empresa, José Antonio Rivero, entre 50 y 60, es decir, una tercera parte, son eventuales o interinos. “Serán despedidos”, lamenta. La Consejería de Sanidad evita usar la palabra cierre y asegura que “dentro de las medidas adoptadas para la sostenibilidad del sistema sanitario, se va a proceder a la integración del Instituto de Cardiología en el hospital Clínico San Carlos, del que hasta ahora es un centro de apoyo, a partir del 1 de enero”.
Esa integración “implica una reorganización del personal que se incorporará al Clínico”, señala, sin precisar qué sucederá con el medio centenar de interinos y eventuales. Sanidad no aclaró si las 38 camas de este hospital se pierden. Cuenta también con un quirófano. “Los pacientes que atiende este centro, derivados desde el Clínico San Carlos, serán asumidos también por este hospital, dentro del marco de libre elección sanitaria”, concluye la respuesta escrita enviada por la consejería.'

'El plan sanitario del Gobierno regional señala que la reducción que tiene que afrontar en el gasto sanitario “es el equivalente al presupuesto actual de dos hospitales madrileños”. Y añade: “El camino más directo hubiese sido el cierre de hospitales, como ya se hizo en los años ochenta (nueve hospitales). Pero este Gobierno cree que hay alternativas”.
Los trabajadores del Instituto de Cardiología acordaron en una asamblea el miércoles pasado iniciar un encierro como los que ya se estaban produciendo en otros hospitales afectados por el plan sanitario del Gobierno regional. El jueves a las 8.30 cortaron la avenida Complutense, y tienen previsto hacer lo mismo hoy. También están recogiendo firmas de apoyo. Ayer a última hora de la tarde, 16 personas participaban en el encierro. Una sábana en la verja de entrada daba la bienvenida: “No al cierre. No a los despidos”. “Este es un hospital muy peculiar. Tenemos pacientes muy mayores que llevan 30 o 40 años viniendo y preguntan qué será de ellos ahora”, explica Rivero. “Lo que pasará es que entrarán en largas listas de espera en otro hospital”, pronostica.'

Fuente y noticia completa: El País 12/11/2012


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