Juárez reconoció en la Comisión de Sanidad de la Asamblea de Madrid que la lista de espera “es una preocupación” para la Comunidad de Madrid, informa Europa Press. Y añadió que se trata de “un problema mundial”. El problema, en cualquier caso, es nacional, puesto que los últimos datos sobre lista de espera del conjunto de las comunidades autónomas también acusan los recortes y baten récords. En solo un semestre (junio a diciembre), la espera media pasó de 70 a 100 días.
El Gobierno regional atribuyó durante algunos meses los pésimos datos de lista de espera a las huelgas de la marea blanca. Y ello pese a que en las 17 jornadas de paros convocados entre noviembre y diciembre del año pasado se suspendieron 6.471 intervenciones, un porcentaje relativamente pequeño si se compara con la actividad quirúrgica de toda la red, que realiza entre 35.000 y 40.000 operaciones al mes.
Juárez ya no culpó únicamente a las huelgas, a las que solo mencionó en una enumeración de varias causas, entre ellas la supresión de jornadas extraordinarias (intervenciones en los hospitales públicos por la tarde) y la “reducción de derivaciones a centros privados”. Según los datos que ofreció Juárez, los centros privados han hecho el 6,5% de las intervenciones de lista de espera en los primeros ocho meses del año.
“Este aumento era previsible teniendo en cuenta los recortes en el presupuesto que está habiendo y la reducción de actividad de los hospitales públicos”, señaló el portavoz de Sanidad de UPyD, Enrique Normand.
Madrid tiene un peculiar sistema de contabilidad —que provocó que el Ministerio de Sanidad expulsara a la región del cómputo nacional en 2005— en las listas de espera quirúrgicas. Consiste básicamente en que no existe una sola lista, sino tres. La promesa de operar en menos de 30 días solo se cumple cuando el paciente entra en la llamada lista “estructural”. Antes se le coloca en otra, la de los pacientes “transitoriamente no programables”, mientras aguarda la visita con el anestesista o las pruebas preoperatorias. En el resto de España, se entra en lista oficialmente cuando el médico indica la operación. Con este truco, Madrid tiene una ventaja de casi 30 días sobre el resto. El segundo ardid consiste en que, si el paciente rechaza la primera opción, que en muchos casos es una clínica privada, se ve penalizado con esperas que multiplican por siete las de la lista oficial. Según los últimos datos, el 53% de los pacientes se encontraban en esta situación en agosto.'
Fuente: El País 23/10/2013
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