martes, 13 de abril de 2010

Ordenador en la consulta

'La utilización del OMI-AP supuso la posibilidad de tener un registro ordenado y clasificado de los diagnósticos y de los comentarios clínicos, así como la posibilidad de imprimir y mantener actualizadas las pautas terapéuticas farmacológicas de los pacientes. Un gran avance. Sin embargo, la falta de decisiones políticas que transformaran el modelo de receta médica, los partes de baja, la multitud de informes, justificantes, certificados, peticiones de análisis, partes de interconsulta, etc; han hecho que la carga burocrática no haya disminuido sino casi aumentado. Pongo un ejemplo: la petición de una mamografía o una endoscopia a través de SELENE (programa de uso en mi hospital de referencia Puerta de Hierro) supone el empleo de 4-5 minutos en la búsqueda del paciente en su base de datos, abrir entre 3 y 5 pantallas para llegar al formulario donde hay que escribir el motivo de petición clínico, si el paciente va a pie o en camilla, si es técnica primera preventiva o diagnóstica, si es revisión para esperar, pinchando dos clicks más, la impresión del papel de turno que luego los administrativos concretarán en fecha y hora determinada. Nuestro avezados gestores pretenden que esta última parte también la hagamos los "facultativos sanitarios" en las consultas para "facilitar las gestiones a los usuarios". ¿Y mi tiempo qué?...'



'El mundo ideal para mí: Escribir en el ordenador los comentarios clínicos y las pautas terapéuticas. Hojas sencillas a mano para que en la recepción rellenen los modelos oficiales de las peticiones de análisis, interconsulta, impresión de medicación (a la espera de receta electrónica), bajas laborales, certificados, etc. El tiempo ganado sería impresionante: para hablar con tranquilidad con los pacientes, escuchar, explicar y no empezar el día laboral con un espíritu de maratón agobiante que tenemos la mayoría.'

Fuente y opinión completa: Vicente Baos en El Supositorio 6/03/2010


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4 comentarios:

Anónimo dijo...

El mundo ideal para mí: no tener que soportar a usuarios tan indispuestos al cambio necesario que ademas se creen unos listillos para exigir sobre temas informáticos de los que no saben

¿Habéis visto algún director de sucursal bancaria que se niegue a utilizar el sistema informático central y meter él mismo los datos en el programa?

Anónimo dijo...

Cuando yo estudiaba (informática) era el diseñador/arquitecto/analista el que tenia que adaptarse a los deseos, direcciones, gustos, directrices del usuario/cliente, y no al revés.
Veo que las cosas han cambiado mucho ultimamente, asi nos luce el pelo.

Anónimo dijo...

Respecto al primer comentario tengo que decir que respetuosamente discrepo profundamente.
Y me explico, yo soy un informático de sanidad, y mi trabjo consiste en que
esos "listillos que exigen sobre temas informáticos de los que no saben" trabajen lo mas agusto posible para dar el mejor servicio posible a los ciudadanos.
Para ello debemos escucharles, comprender lo que necesitan y brindarle un producto informático que cumpla sus espectativas, y no dudes que si ellos trabajan a gusto con el sistema los resultados serán infinitamente mejores.

Tu hablas de informática y sector bancario, me resisto a pensar que en los aplicativos bancarios impongan un sistema centralizado sin contar con los empleados usuarios y ahí te apañes, colas hasta la puerta.

Anónimo dijo...

AP MADRID CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA

La primera vez que me presentaron Ap-Madrid (aunque todavía no se
llamaba así) pensé "esto va a ser un desastre". Y es que se acumulaban
en un solo punto las peores condiciones para el desarrollo de una
aplicación informática de esta índole. es cierto que el proyecto es
necesario, pues OMI 6.0 estaba dando sus últimos pasos bajo una
arquitectura arcaica como es la de cliente-servidor, pero la solución
que se estaba poniendo encima de la mesa estaba muy lejos de tener la
potencialidad que prestaba esa aplicación antigua. Y este fue el
primer error, cualquier evolución de la aplicación informática tiene
que ser siempre superior a la versión anterior. Y como en este caso,
que es un programa nuevo, tenia que resolver todos y cada uno de los
problemas que no solucionaba el programa OMI. Entre ellos, el de la
interoperabilidad con los demás sistemas informáticos sanitarios, me
refiero fundamentalmente a la conexión Primaria-Especializada en los
partes interconsultas y pruebas diagnósticas, y la conexión con
laboratorio.
Uno de los problemas que he encontrado en el desarrollo de este
programa es que nunca han estado definidos de manera clara los roles
de CLIENTE-DESARROLLADOR, es decir el cliente debe guiar al
desarrollador cuales son las funcionalidades del programa en función
de la labor que va a desarrollar, y el desarrollador -informáticos y
programadores-, dar la mejor solución para esas funcionalidades. Ha
habito de todo, clientes (médicos, enfermeros, administrativos y
gestores) metidos a programadores y programadores metidos a clientes.
Es una de las explicaciones de por qué un programa innovador es
incapaz de hacer una receta. Y este es el primer paso, pues el arma
terapéutico más potente que tiene un facultativo es la farmacología.
Después de más de 6 años de desarrollo ni siquiera se ha solucionado
esto.
Sobre la interoperabilidad entre primaria y Especializada, mejor no
seguir excepto alguna reflexión: ¿como es posible que dos programas
"modernos" como Selene -aplicación de los nuevos hospitales- y AP-
Madrid no tengan interoperabilidad?, muy sencillo, cada uno ha ido por
su lado y no ha habido persona dentro de la Consejería capaz de
coordinar los desarrollos, ¿y por qué?, cuando dos empresas privadas
no tienen obligación de entenderse, porque así figura en el contrato,
no te regalan nada. Stacks por un lado en su cuota de mercado, y
Siemens por otro. ¿Y el profesional?, ¿y el paciente?, nada de nada.
La interoperabilidad con laboratorio ya se había solucionado en gran
parte con OMI 6.0, pero con AP-Madrid, ni rastro excepto vagas
promesas de algunos profesionales que están metidos en el desarrollo.
Incluso en algún área habían desarrollado sistemas novedosos de
intercambio de mensajería XML para esta interoperabilidad, pero la
Consejería de Sanidad y sus "consejeros expertos" la desmontaron en
aras de no se sabe que futuros desarrollos. Ni Bill Gates ha sido
capaz de tanto despropósito.