[27/01] 'El compromiso de Aguirre, aún en vigor, implica que no se puede
tardar más de 30 días —en realidad, 60, por el truco del anestesista— en
ser intervenido. Pero, para que sea así, el paciente está obligado a
aceptar la primera opción que se le ofrezca, que suele ser una clínica
privada. Si se niega porque prefiere operarse en su hospital, con el
médico que conoce, ya no hay compromiso que valga. A quien rechazan la
derivación se les informa de que el tiempo máximo de espera serán 180
días hábiles”, explica una portavoz de la Consejería.
“La penalización de seis meses se usa como justificante de la misma
derivación para engañar al paciente”, se queja un traumatólogo del
Gregorio Marañón. Una cirujana de Móstoles añade: “Juegan con que el que
escucha no sabe muy bien quién le llama. Creen que es de su propio
hospital diciendo que no les pueden operar, cuando nosotros lo que
queremos es operarles a todos. Crean confusión y manipulan al ofrecerles
una intervención en otro sitio en menos de 30 días. ‘Si usted no
acepta, en el hospital pueden tardar en operarle seis meses’.
El
paciente, que está enfermo y es vulnerable, interpreta que le van a
operar en seis meses. Pero en mi hospital se opera a todo el mundo en
menos de uno. Está hecho a propósito”, insiste.
¿Y quién ofrece la derivación a la privada? En muchos hospitales son
los propios servicios de Admisión los que, con el paciente presente, le
hablan del compromiso de los 30 días y de las alternativas, que casi
siempre son clínicas concertadas. En otros casos, es un servicio de
citación telefónica, un call center, el que llama al paciente en cuanto entra en la lista de espera oficial. “El call center
apoya a los hospitales ofreciendo a los pacientes una alternativa
distinta de la de operarse en su propio hospital cuando la intervención
quirúrgica es considerada como derivable y no se puede realizar en menos
de 30 días”, asegura la Consejería de Sanidad, pese a los testimonios
que afirman que eso, en ocasiones, es falso.
La Asociación de Facultativos Especialistas de Madrid (Afem)
ha iniciado un registro de este tipo de derivaciones a clínicas
privadas. Considera que “engañan” a los pacientes al no informarles de
la lista de espera real que hay en sus hospitales. Los jefes de servicio
de los hospitales madrileños denunciaron el viernes la “derivación
sistemática de pacientes hacia hospitales privados” y la
“infrautilización de recursos de la red sanitaria pública”. Sanidad
responde que lo que piden es “que no se supriman las peonadas [cirugías
en horario de tarde que se pagan como horas extra]”.
Los médicos lo niegan, y aseguran no entender qué lleva a Sanidad a
preferir que los ciudadanos se operen en las clínicas, a las que
periódicamente compra lotes de intervenciones quirúrgicas a precios
concertados. “La Consejería prima la derivación”, afirma el
traumatólogo. “Penaliza económicamente si un hospital no cumple su
objetivo de LEQ. No le importa cómo lo cumpla, como si no opera nada y
lo deriva todo. En centros con fidelización de los pacientes recibimos
presiones para derivar. ¿No debería ser un índice de calidad el que el
paciente se niegue a ser derivado? ¿No debería primarse al hospital que
con sus propios recursos hace su lista de espera y no la deriva?' [...]
Fuente y noticia completa: El País 27/01/2013
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