'Los sistemas informáticos han desempeñado, y desempeñan, un papel
clave. Pero, a día de hoy, sigue pendiente una adecuada regulación de su
uso, necesidad en pro de la seguridad del paciente y la propia
corresponsabilidad e interoperabilidad crucial, tanto en términos de
equidad de los diversos tratamientos como en la calidad de todos los
servicios asistenciales del Sistema Nacional de Salud.
La evolución del software médico está alcanzando altos niveles de sofisticación, hasta el punto de que una gran compañía informática ha llegado a desarrollar inteligencia artificial que diagnostica y trata patologías, es decir, una especie de médico virtual, capaz de revisar miles de millones de páginas de literatura científica en apenas unos segundos.
Este es uno de los ejemplos más destacados de esta evolución, pero hay muchos otros, desde aplicaciones móviles hasta sistemas webs, pasando por la telemedicina, inherentes todos ellos al desarrollo de la propia tecnología sanitaria. En este sentido, desde la Sociedad Española de Electromedicina e Ingeniería Clínica (SEEIC) recuerdan que sigue pendiente una adecuada regulación de su uso.
“En España hemos dado algunos pasos en este sentido, como la designación del software médico como producto sanitario activo no implantable”, explica Jesús Lucinio Manzanares Pedroche, presidente de la SEEIC. “Sin embargo, -añade- esto no es suficiente si tenemos en cuenta la cantidad de aplicaciones móviles y páginas webs que surgen a gran velocidad, facilitando, además, el autodiagnóstico y la automedicación por parte de la población”.
La designación de este tipo de tecnología como producto sanitario se recoge en la circular no3/2012 de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), en cuya elaboración participaron la SEEIC y Fenin (Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria).
No obstante, desde esta sociedad científica consideran que la regulación debe ser mayor, e insisten en la necesidad de la correcta ordenación de los recursos humanos que trabajan en el sector de la tecnología sanitaria. “Los profesionales que trabajan en la atención, tanto médica como farmacéutica, deben estar capacitados para el uso correcto de cualquier sistema tecnológico, incluyendo por tanto, cualquier tipo de software médico. Ello repercutirá en una mejor atención sanitaria y en una disminución de los costes”, asegura Jesús Manzanares.'
Fuente: Nota de Prensa de la la Sociedad Española de Electromedicina e Ingeniería Clínica (SEEIC) de 27/05/2015
La evolución del software médico está alcanzando altos niveles de sofisticación, hasta el punto de que una gran compañía informática ha llegado a desarrollar inteligencia artificial que diagnostica y trata patologías, es decir, una especie de médico virtual, capaz de revisar miles de millones de páginas de literatura científica en apenas unos segundos.
Este es uno de los ejemplos más destacados de esta evolución, pero hay muchos otros, desde aplicaciones móviles hasta sistemas webs, pasando por la telemedicina, inherentes todos ellos al desarrollo de la propia tecnología sanitaria. En este sentido, desde la Sociedad Española de Electromedicina e Ingeniería Clínica (SEEIC) recuerdan que sigue pendiente una adecuada regulación de su uso.
“En España hemos dado algunos pasos en este sentido, como la designación del software médico como producto sanitario activo no implantable”, explica Jesús Lucinio Manzanares Pedroche, presidente de la SEEIC. “Sin embargo, -añade- esto no es suficiente si tenemos en cuenta la cantidad de aplicaciones móviles y páginas webs que surgen a gran velocidad, facilitando, además, el autodiagnóstico y la automedicación por parte de la población”.
La designación de este tipo de tecnología como producto sanitario se recoge en la circular no3/2012 de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), en cuya elaboración participaron la SEEIC y Fenin (Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria).
No obstante, desde esta sociedad científica consideran que la regulación debe ser mayor, e insisten en la necesidad de la correcta ordenación de los recursos humanos que trabajan en el sector de la tecnología sanitaria. “Los profesionales que trabajan en la atención, tanto médica como farmacéutica, deben estar capacitados para el uso correcto de cualquier sistema tecnológico, incluyendo por tanto, cualquier tipo de software médico. Ello repercutirá en una mejor atención sanitaria y en una disminución de los costes”, asegura Jesús Manzanares.'
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