No hay dinero. Todos los recursos económicos se destinaron a los nuevos proyectos. Es lo que asegura UGT y lo que también denuncian varios profesionales del Clínico consultados. Sin embargo, la portavoz de la consejería en el hospital aseguraba ayer mismo que jamás han estado paradas. "Igual no se ha visto a nadie trabajando desde fuera... pero eso es porque la obra que se ha hecho últimamente es estructural, es de las que no se ve", justificaba.
Se podría deducir que la apertura de los centros podría haber liberado de trabajo, de pacientes, y de tiempo de espera al Clínico. Pero no. El San Carlos es el único centro sanitario antiguo que no tiene adscrito uno de los nuevos como satélite. Vamos, que no se ha aliviado su carga de pacientes. Es más, aunque ahora parece que por fin el Clínico no se ve obligado a absorber enfermos derivados de la apertura del nuevo Puerta de Hierro (el hospital de Majadahonda), hasta hace apenas un mes fue así. Entonces, una anestesista del centro del distrito de Moncloa se quejaba amargamente: "(El de Majadahonda) es un hospital de chapa. Dentro no hay nada. Y nos sobrecargan a nosotros de trabajo. Si ya es una vergüenza la saturación que hay, ahora más". Ni que decir tiene que pasaba de jugarse su puesto de trabajo. Entramos en el juego del anonimato. Con otras palabras pero idéntico mensaje, otros profesionales coinciden: "Los nuevos hospitales tienen un nivel de resolución menor. Todo lo complicado se deriva a los centros de toda la vida". Pero claro, en el caso del Clínico eso ha supuesto aumentar el esfuerzo. Y con menos medios o de peor calidad, según denuncian los sindicatos: "Aunque las plazas de la gente que se ha marchado a los nuevos centros se han cubierto casi al 100%, con contratos eventuales".
"Y están bajo la amenaza de si les echan o no", denuncia Juan Antonio Alba, de UGT. El personal sanitario y no sanitario que había en 2007 era de 5.914 personas. Un año más tarde, esa plantilla sólo ha aumentado en ocho personas, según los datos del sindicato.
Sobre el terreno se constata lo que ya se veía desde el aire y que denuncian los sindicatos. Las obras que iban a ampliar el tamaño del servicio de urgencias de 1.500 metros cuadrados actuales a más de 6.000 están paradas. Muy paradas. Cerradas a cal y canto. "Empezaron los trabajos en 2006. Y en febrero de este año las detuvieron", dice Alba, de UGT'
Fuente y noticia completa: El País 15/12/2008
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