Los enfermos se derivaron en diciembre al hospital Puerta de Hierro o a la Fundación Jiménez Díaz (también de Capio). Desde el 19 de ese mes no se ha dado ni una cita nueva en este centro de especialidades, que dependía del Puerta de Hierro. Algunos de sus trabajadores han decidido marcharse al hospital. Los que se quedan siguen siendo empleados del Servicio Madrileño de Salud (Sermas), pero trabajan a las órdenes de Capio.'
' "Por lo que dicen, van a respetar bastante el modo de trabajo, aunque han introducido su aplicación informática".
La mayoría de los empleados no ha intercambiado ni un saludo con nadie de la empresa. "Alguna vez hemos visto a unos señores trajeados. Nos imaginamos que son ellos", explican divertidas dos enfermeras. Otros ni siquiera han visto a los elegantes desconocidos: "Pensábamos que el día 1 de enero alguien se reuniría con nosotros para explicarnos algo. Así es que aquí estamos, porque es nuestro trabajo", señala sentado tras su mesa uno de los sanitarios.
"Lo hacen por responsabilidad, porque podrían quedarse en casa", asegura Dioni Chicharro, de CC OO del Puerta de Hierro. "Le hemos preguntado a la dirección qué pasa con Argüelles, pero nos dicen que ya no depende del hospital". El Sermas asegura que el centro "está en fase de adaptación y formación del personal en el sistema informático" de Capio. No sabe cuándo volverán los pacientes. Eso depende de la empresa. Su consejero delegado, Víctor Madera, añadió ayer otro motivo al informático. Capio sigue esperando para saber cuántos empleados públicos están dispuestos a trabajar con ellos y cuánto personal tendrán que trasladar de la Jiménez Díaz para completar la plantilla.'
Fuente y noticia completa: El País
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