[Diario Médico 10/12] 'La primera jornada de paros se inició el pasado lunes 26 de
noviembre y el seguimiento de las jornadas posteriores está siendo
irregular. La huelga la convocan en el ejercicio del derecho
constitucional que los sindicatos ostentan, negociando y respetando los
servicios mínimos, máxime si nos encontramos, como es el caso de la
sanidad, ante un servicio esencial para la comunidad.
Tradicionalmente,
las huelgas en el sector sanitario han sido convocadas por cuestiones
de carácter retributivo, sin embargo, ninguna de ellas lo ha sido en un
momento de crisis económica generalizada como la que padece nuestro
país en estos momentos, y menos aún lo ha sido por la interpretación
que los sindicatos hacen del concepto de sanidad pública y gestión de
lo público.
El problema no es otro que la situación económica que padecemos por
el descenso de la financiación, lo que nos obliga a hacer ajustes. Si
no adoptamos medidas como las incluidas en el Plan de Sostenibilidad,
no contaríamos con presupuesto suficiente para pagar el gasto sanitario
de 2013, incluidas las retribuciones de sus profesionales. Con esta
claridad se ha explicado a los comités de huelga, y se les ha ofrecido
igualmente tratar cada una de las medidas en el ámbito de la mesa
sectorial, negociando su aplicación, cuestión que sin lugar a dudas
merecería la pena abordar.
Las reglas de la democracia
La
respuesta por parte de la representación sindical ha sido la exigencia
de la retirada del plan que, no debe olvidarse, está incluido en el
proyecto de presupuestos aprobado por quien está legitimado y tiene
competencia para ello, esto es, el Consejo de Gobierno. Además, será
debatido y posteriormente aprobado por quienes tienen atribuida la
representación de los ciudadanos, que no son otros que los diputados de
la Asamblea de Madrid.
Nos
guste o no, estas son las reglas del juego democrático con las que se
ha dotado a nuestro país a partir de la Constitución Española de 1978.
Reglas de juego que, en otro orden de cosas, incluyen en idéntico
sentido la definición del derecho de huelga por motivos estrictamente
laborales.
La duda que se
plantea es la posición sindical. A los sindicatos, que representan a
los trabajadores, se les ha ofrecido la negociación del desarrollo de
las medidas. Sin embargo, su respuesta ha sido la huelga, las
movilizaciones y los encierros, con el único objetivo de la retirada
del plan. Parece razonable dudar acerca de cuál es el fin real
perseguido por los sindicatos.
La última opción
La
huelga es el último instrumento que debe emplearse una vez agotada la
negociación y es obvio que esta vía no sólo no se ha agotado, sino que
ni siquiera se ha iniciado. Siendo así las cosas, parece ciertamente
lógico llegar a pensar que los objetivos de la huelga no son sólo
aquellos de estricta índole laboral.
Por
otro lado, el plan de medidas, además de la mal llamada privatización
de los nuevos hospitales, contiene un conjunto de 16 medidas de las que
nada se ha oído a los sindicatos. No sabemos lo que opinan sobre la
reordenación de la actividad de los profesionales, sobre la jubilación,
sobre la concentración de la complejidad, laboratorios, Hospital Carlos
III, centros de salud, etc.
La única cuestión abordada por los
sindicatos es la por ellos denominada privatización, para lo cual han
recurrido de forma arbitraria e interesada a eslóganes del tipo la
Sanidad se vende.
También se
presentan otros lemas, algunos de los cuales utilizan el siguiente
tenor literal Somos profesionales-Somos pacientes. La frase puede
malinterpretarse, ya que si las medidas afectan a sus condiciones de
trabajo, como trabajador, puedes ejercer el derecho de huelga, pero si
afectan como paciente, en tanto que se es usuario del servicio
sanitario, el camino, como resulta obvio, no es el del ejercicio del
derecho de huelga. Aquí entran en juego otros bienes
constitucionalmente protegidos de mayor relevancia.
La
huelga afecta, se quiera o no, a los pacientes del Servicio Madrileño
de Salud, y la obligación de los sindicatos que representan a los
trabajadores es, sin lugar a dudas, tratar de negociar la aplicación de
las medidas que un Gobierno legítimamente constituido ha propuesto.
Medidas, que no podemos olvidar, incluyen el mantenimiento del sistema
sanitario público madrileño y sus niveles de calidad, en una situación
de crisis generalizada como la que, lamentablemente, estamos sufriendo.'
Fuente: Armando Resino, Director General de Recursos Humanos de Sanidad en Diario Médico 10/12/2012
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