lunes, 2 de julio de 2012

'El Supremo de EE.UU. respalda la reforma sanitaria de Obama'

[La Voz de Galicia 29/06] 'Con cinco votos a favor, los de los jueces progresistas Ruth Ginsburg, Sonia Sotomayor, Elena Kagan y Stephen Breyer, a los que se unió el juez conservador y presidente del Tribunal, John Roberts, los magistrados del Supremo decidieron que la parte fundamental de la reforma sanitaria sí es constitucional, en concreto, el artículo que obliga a todos los estadounidenses mayores de 26 años a contratar un seguro médico.


Los que se oponen a la reforma alegan que el Gobierno no puede imponer la compra de nada a los ciudadanos, ni siquiera de un seguro de cobertura sanitaria. Y eso es lo que defendían los 26 Estados, todos con gobernadores republicanos, que habían denunciado por inconstitucional la reforma. Pero la mayoría de los jueces ha disentido de esa opinión. A su juicio, la norma puede ser considerada como un nuevo impuesto. «La Constitución permite un impuesto de ese tipo, y no nos corresponde prohibirlo, o juzgar si es adecuado o justo», dijo Roberts.'

'En la misma sentencia, los jueces votaron a favor de imponer límites a ciertos cambios en el programa de sanidad pública Medicaid, que cubre las necesidades médicas de 16 millones de pobres en el país, por considerar que supone una carga excesiva sobre los Estados. Pero este aspecto pasó a segundo plano ante el aspecto central. La ley entrará en vigor y en el año 2014 aquellas personas que no tengan un seguro médico podrán ser multadas por ello.'

Fuente y noticia completaLa Voz de Galicia 29/06/2012


 "Por la presente, le informamos de que no tiene derecho a quimioterapia"

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No es una exageración. Es la carta que el autor de estas líneas recibió hace 14 meses de su aseguradora, que se llama BlueCrossBlueShield y es una de las mayores de Estados Unidos. Justo después de subirme la cuota mensual un 20% (en 2012 ha vuelto a aumentar otro 20%), 'BlueCross', como se la conoce familiarmente, me informaba de que no tengo derecho a recibir quimioterapia. No es algo -toco madera- que me haga falta. Pero, si algún día la necesito, ya sé dónde está el aeropuerto.
Porque ¿cuánto puede costar un tratamiento de 'quimio' en EEUU? Ni idea. Pero aquí van un par de ejemplos. En 2003, cuando no tenía seguro médico, me cociné la mano derecha con una sartén. Consecuencia: visita a Urgencias del Hostpital de la Universidad de Georgetown. Venda en la mano durante un mes. Y una factura de 1.100 dólares. Otra: en 2011 fui a Urgencias con un dolor en el vientre. ¿Sería una apendicitis? En Urgencias del Hospital de la Universidad George Washington decidieron hacerme un TAC. La clave no es que hiciera falta: es que era lo más caro. Es la forma de funcionar de la Sanidad en EEUU.


El hecho de que BlueCross pagara más de 5.000 euros por un TAC indica el sistema, basado en el latrocinio disfrazado de libre mercado, con el que funciona la sanidad estadounidense. Los hospitales cobran de más a las aseguradoras, y las aseguradoras cobran de más a los asegurados. Los hospitales mandan varias veces la misma factura, a ver si 'cuela' (el de la Universidad de Georgetown es famoso por ello).
Las listas de espera con los médicos duran meses. La sanidad preventiva no se conoce porque el negocio está en que la gente esté enferma, no sana. Los sistemas informáticos de los diferentes hospitales y consultas médicos no son compatibles entre sí. Resultado: todo se hace con papeles. Añádase a ello un sistema legal que da primacía al individuo, con lo que el paciente siempre puede denunciar al médico y pedirle una indemnización cósmica, con lo que a su vez los profesionales de la medicina tienen que tener seguros especiales que les cuestan más de 100.000 dólares al año.
La consecuencia es un monstruo burocrático en el que al final el contribuyente paga de dos formas: a la aseguradora y al Estado. Porque  el Estado es quien se hace cargo en último término de los 30 millones de estadounidenses que no tienen seguro. Y él paga a los hospitales y a los médicos. Es la magia del libre mercado del siglo XXI: socializar las pérdidas; privatizar los beneficios. '


'Ahora, la reforma de Obama cambia poco. En la práctica, sólo instituye el actual sistema. No permite a las aseguradoras llevar a cabo atracos egregios, pero no altera el sistema. Y establece una tasa para quien no esté asegurado, aunque no explica cómo va a obligar a pagarla, por lo que no suena muy marxista.' [...]


Fuente y opinión completa: Pablo Pardo, corresponsal de El Mundo en EEUU 28/06/2012

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