martes, 21 de agosto de 2012

Concurso millonario para la Oficina de Proyectos de Sistemas de Información Sanitaria del SERMAS

Hace unas semanas se publicaba en el BOCM (nº 177 de 26/07/2012)  la licitación del importante concurso denominado "Oficina de proyectos de sistemas de información sanitaria", especificándose que el contrato tendrá un plazo de ejecución de 2 años de inicio previsto el 1 de Noviembre de 2012, prorrogables a otros 2, y un presupuesto base estimado para el caso de 2 años de casi 4 millones de euros (3.846.139 euros concretamente, a cargo del programa 720 de los presupuestos de la Comunidad de Madrid). Resulta significativo que no hay divisiones en lotes (permitiéndose una subcontratación del 20%) y que el único criterio para la adjudicación que se seguirá es el precio.

El objeto del contrato, según el pliego de prescripciones técnicas   lo constituyen los servicios de gestión integral de los proyectos de Tecnologías de la Información y Comunicaciones relativos a los sistemas de información sanitaria (en adelante, Oficina de Proyectos) de ámbito corporativo en la Consejería de Sanidad, es decir, de los proyectos dirigidos y organizados desde sus Servicios Centrales, incluyéndose además la "presentación y control de los indicadores que permiten medir el grado de cumplimiento de los objetivos" del servicio de la propia Oficina de Proyectos.

Se entiende por proyecto en este contexto "cualquier esfuerzo temporal, único y progresivo emprendido para crear un producto o un servicio [TIC] determinado".

Aunque los pliegos prevén que cada proyecto debe contar además de con un responsable de la empresa adjudicataria con un responsable de la Dir. General de Sistemas de Información Sanitaria de la Consejería de Sanidad,  dado el extremadamente limitado número de técnicos TIC que son personal propio de la Consejería con los que cuenta en sus Servicios Centrales, se puede hablar en la práctica de una externalización absoluta de la gestión técnica de los proyectos TIC corporativos de la Sanidad pública madrileña, lo que plantea cuando menos dudas de si este grado tan amplio de externalización en la propia gestión de los proyectos, y por tanto,  su gobierno real, no supondrán costes futuros relacionados con la pérdida o dependencia excesiva en terceros de conocimiento básico y fundamental para el funcionamiento de la propia organización.

Ahora bien no sería adecuado tildar de nueva esta externalización casi absoluta de la gestión de los proyectos, ya que esta situación existe prácticamente desde las transferencias sanitarias de hace una década, si bien en el pasado más fragmentada y repartida en diversos contratos con diferentes proveedores. Aparte de la polémica cuestión de si la unificación de contratos en un sólo proveedor acaba siendo realmente beneficiosa como se suele vender por conseguir un menor precio que el gasto suma de los anteriores contratos, se da en este caso una diferencia importante creciente  en comparativa con el pasado la gran  mayoría de los proyectos importantes nacían y se desarrollaban en cada centro sanitario mientras que con el paso del tiempo los proyectos con origen en los Servicios Centrales han ido ganando mucha importancia en detrimento de los proyectos abordados en los centros: es el fenónemo, muchas veces necesariamente lógico, de la centralización de los proyectos (acompañado también muchas veces de los propios sistemas informáticos desplegados).

Lo que no resulta tan lógico para muchos, salvo para los defensores de los modelos de externalización absoluta, es que en paralelo no haya ido creciendo el número de técnicos informáticos propios con funciones en proyectos de los servicios centrales como para que, tras una formación adecuada, al menos resida en ellos la función de gobierno y control real de los proyectos (en convivencia a veces con las empresas, cuyas necesarias aportaciones tecnológicas y de consultoría no se trata de excluir).

Esta Asociación, que representa los intereses del personal propio,  naturalmente no sólo defiende que esas funciones de gestión de cada proyecto- así como parte de muchas otras todavía más técnicas- deben residir al menos en parte en personal propio porque de no ser así corre un grave riesgo de desgobierno y descontrol de las TIC en un ámbito donde son tan importantes, sino que además denuncia la aberrante situación de que en paralelo el personal técnico de los centros esté siendo detraído de funciones según son centralizadas sin aportar la organización vía establecida y reconocida alguna para que parte de ese personal tenga carrera profesional en proyectos de los Servicios Centrales. Es más, la suma de centralización y externalización casi absoluta mantenida, en general en todas las funciones TIC y no sólo para la gestión de los proyectos, de las TIC de los servicios centrales hace temer a esta Asociación por el futuro laboral del personal informático propio de los centros, en su gran mayoría, injustamente temporal o excluido de la integración en plantilla de las categorías de informática.


 
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