Pero ha defendido ambos instrumentos como medios "al servicio del ciudadano y no del SNS", y, en esa línea, como instrumentos de ayuda al médico para la prestación de la calidad, por encima del objetivo del control del gasto en medicamentos
Sobre esa base, ha reclamado que la receta electrónica no limite la libertad de prescripción, no excluya fármacos desfinanciados y garantice la interoperabilidad. Por otro lado, insistiendo en desligar el control del gasto y la prescripción de calidad, pide también que se acompañe de un subsistema de apoyo, con información útil para el médico, consensuada con sociedades científicas.
Su defensa de la comunicación bidireccional entre médico y farmacéutico, que también ha respaldado su compañero de mesa en Inforfarma Pedro Claros, presidente del Consejo Extremeño de Colegios de Farmacéuticos, se apoya en la necesidad de apuntalar el control real sobre el conjunto de la farmacoterapia del paciente (medicamentos financiados o no, de prescripción o publicitarios...), la calidad y afrontar el reto preocupante de la falta de adherencia.'
Fuente y noticia completa: Correo Farmacéutico 10/04/2013
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