Recientemente se ha
publicado en el B.O.C.M. (nº 198 de
21/08/2009) la Resolución de 4 de agosto de 2009, de la Viceconsejería de Asistencia Sanitaria, por la que se da a conocer mediante anuncio previo indicativo la contratación prevista de la "Oficina técnica de soporte en la fase de lanzamiento del Plan ATHENE@ (Actualización Tecnológica de Hospitales Tradicionales en la Era Digit@l)" , estando previsto quer el correspondiente contrato de servicios con la empresa privada adjudicataria sea de
1 millón de euros y de una
duración de ocho meses.
Recordemos que
la informática de los nuevos hospitales [NNHH]
ya se encuentra privatizada bajo la fórmula de "externalización absoluta centralizada", es decir, todos los hospitales cuentan con programas informáticos comunes con bases de datos únicas residentes en un centro de proceso de datos común estando todo por entero operado por empresas privadas. De hecho parece ser que se ha decidido que este denominado "anillo informático de los nuevos hospitales" se extienda en parte y abarque a unos pocos hospitales de los denominados tradicionales de tamaño medio como
El Escorial y
Virgen de La Torre (donde ya se ha implantado el sistema de información clínica Selene de Siemens de los NNHH) y probablemente también a Móstoles y Príncipe de Asturias.
Tal y como ya explicó la Dirección General de Sistemas de Información Sanitaria del SERMAS
el verano pasado en una
reunión con todos los jefes de Servicio de Informática se tiene también
intención de centralizar la informática de resto de los hospitales tradicionales (entre ellos todos los grandes) en otro "grupo", quedando definido este proceso en lo que se ha denominado "
Plan Director de Informática de Hospitales Tradicionales" o "
Plan ATHENE@",
cuya elaboración o apoyo en la elaboración salió a concurso y fue
adjudicada a la empresa privada Atos OriginComo siempre hemos comentado aquí,
nuestra previsión -fundamentada por la continuada negativa de la Administración de regularizar la
injusta situación de precariedad y no reconocimiento de los informáticos propios actuales-
es que la centralización de dicho Plan se abordará mediante una serie de diferentes concursos a empresas privadas -y el concurso ahora anunciado no sería más que el primero de dicha serie--despojando de toda función técnica a los informáticos propios actuales para asignársela a dichas empresas, al estilo de lo que se ha realizado en ICM, reservando sólo funciones de gestión y control al personal propio.
La propia Dir. Gral de Sistemas de Información Sanitaria del SERMAS ha reconocido en diversos foros (por ejemplo en su
respuesta en la comparencia en la Comisión de Sanidad de la Asamblea de Madrid ante la
pregunta de la oposición sobre el destino de los informáticos tras la privatización, que la intención de la Administración es que la única función que resida en personal propio sea la de gestión y control - "permaneciendo aquellos recursos que más valor aportan, aquellos que conocen funcionalmente, y aquellos que tienen interés por velar por nuestros propios intereses" [sic] -).
Por otro lado, no nos cabe ninguna duda que, al igual que en la ya emprendida
centralización de la informática de Atención Primaria, se pedirá la colaboración de los actuales servicios de informática en el necesario
traspaso de información y datos de los sistemas actuales a los que estarán en manos privadas, y además, probablemente, se hará sin emprender antes la regularización y estabilización del personal actual
en categorías de informática.
A nadie se le escapa que
en este escenario de función técnica totalmente privatizada probablemente no sean necesarios para esas labores de gestión y control de las empresas una parte importante de los cerca de 200 informáticos actuales, que en su inmensa mayoría realizan las funciones técnicas que precisamente se desea centralizar privatizándolas. Quizás sea esta la clave de por qué la administración madrileña no ha regularizado ni estabilizado al personal informático que en su gran mayoría sigue en una situación de despido "libre" (sin derecho a indemnización) pese a llevar años y años realizando la función.
Naturalmente,
este riesgo laboral sería todavía mayor si, además de la función técnica, una parte importante de las funciones de gestión y control, como las que realiza una Oficina Técnica de apoyo, fueran también asignadas a una empresa privada (como
ya es el caso en los NNHH).