'No hubo contradicción entre las dos secciones del Tribunal Superior
de Justicia de Madrid que trataban los recursos contra la privatización
de la gestión sanitaria en la región. Así lo aseguran los magistrados de
la Sala de lo Contencioso-Administrativo que hace unos días decidieron devolver a las salas de origen los procedimientos en lugar de resolverlos en el pleno. En un auto hecho público hoy, los 43 magistrados de la súpersala
explican su decisión del pasado 9 de enero. Si acordaron en votación
mandar de vuelta los recursos a las secciones tercera y octava fue
porque no existía la contradicción que el expresidente de la Sala,
Gerardo Martínez Tristán, alegó para avocar --elevar a una competencia
superior-- al pleno los asuntos.
"El Pleno de la Sala de lo Contencioso-Administrativo, tras una
amplia deliberación [...] entiende que los presupuestos sobre los que se
sustenta la acordada avocación al Pleno (existencia de resoluciones
contradictorias entre las secciones tercera y octava) no concurren
objetivamente", asegura el auto, al que ha tenido acceso EL PAÍS. "Al no
concurrir los presupuestos determinantes de la avocación al mismo, se
estima como procedente devolver el conocimiento de los asuntos a las
secciones tercera y octava de su procedencia", añade.
La decisión de los 43 magistrados fue recibida con sorpresa en el
ámbito sanitario: nadie esperaba que, en lugar de decidir sobre los
recursos, los devolvieran a los juzgados correspondientes. Este
movimiento supuso un varapalo para el expresidente de la Sala de lo
Contencioso-Administrativo, Gerardo Martínez Tristán, ahora vocal del
Consejo del Poder Judicial a propuesta del PP, que fue quien decidió
avocar al pleno —someter un asunto a consideración de todos los magistrados
de una sala— el caso de la privatización al considerar que las dos
secciones que concentran los siete recursos (tercera y octava) tomaron
decisiones que “resultan o pueden resultar contradictorias”.
Los socialistas recusaron a Martínez Tristán porque consideraban que
estaba demasiado relacionado con el PP —está casado con una consejera
del Gobierno de María Dolores de Cospedal, también exalto cargo de la
Comunidad de Madrid— como para ser imparcial. Elevar la competencia
sobre todos los asuntos relacionados con la privatización fue, además de
“inusual”, según fuentes jurídicas, muy polémica. Tomás Gómez, líder de
los socialistas madrileños, dimitió posteriormente como senador cuando PP y PSOE pactaron la composición del nuevo Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), en el que Martínez Tristán consiguió un puesto.
Martínez Tristán fue nombrado posteriormente también miembro de la
Comisión Permanente del CGPJ, un cargo que requiere exclusividad, así
que no pudo presidir el pleno de la Sala. Le sustituyó Miguel Ángel
Vegas, el magistrado con más antigüedad. Ya desde que Martínez Tristán
tomó esa polémica decisión los expertos habían cuestionado que existiera
contradicción entre lo resuelto por las dos secciones. El recurso de la
asociación de médicos AFEM en la sección tercera pedía la anulación de
un acto administrativo. En cambio, el caso que se seguía en la octava
era un recurso especial de protección de derechos fundamentales instado
por CC OO y que fue inadmitido'
Fuente y noticia completa: El País 22/01/2014
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