'La Comunidad de Madrid mantiene como asesor en la Consejería de
Sanidad a Antonio Burgueño, destituido el pasado 13 de febrero como
director general de hospitales. Burgueño es el ideólogo del modelo Alzira y por extensión del proyecto de privatización
de la gestión de seis hospitales de la red pública madrileña. El
Gobierno regional (PP) pretendía aplicarlo en esta legislatura y, aunque
ha renunciado a hacerlo antes de las elecciones autonómicas y
municipales de 2015, no descarta retomarlo en el futuro en el caso de
seguir en el poder.
Con el cese de Burgueño y de Patricia Flores, viceconsejera de
Sanidad con Javier Fernández-Lasquetty, el actual responsable de la
cartera, Francisco Javier Rodríguez, marcó aparentemente distancias
respecto a la cúpula sanitaria que con tanto ahínco defendió la
extensión del modelo Alzira, que se aplica a los hospitales de Móstoles, Valdemoro y Torrejón de Ardoz.
Así, Rodríguez cambió a Burgueño por Mariano Alcaraz, cuyo último
cargo fue el de director médico del Puerta de Hierro. Antes, había
desempeñado el cargo de gerente del Hospital de Cruz Roja. El reemplazo
de Flores fue Javier Maldonado, gerente del Ramón y Cajal. Previamente
había desempeñado el cargo de director médico en La Paz. Al revés que
Burgueño, Flores es funcionaria de carrera, especializada en Economía.
No en Medicina.
La reticencia del Ejecutivo autonómico a desprenderse de Burgueño y,
en cambio, buscarle acomodo como asesor en la sanidad pública —según
diversas estimaciones, en su nuevo cargo cobra unos 3.000 euros netos,
frente a los 5.000 como director general— choca con la visión que se
tiene de él en el sector, donde le consideran un “caballo de Troya” de
la sanidad privada en la región. Burgueño fue director asistencial de la
aseguradora Adeslas (1990-2001) y uno de los padres del polémico
hospital La Ribera de Alzira (Valencia), inaugurado en 1999.
Después de su paso por el centro de Alzira, Burgueño fue coordinador
de las acciones sanitarias de la Xunta de Galicia en Argentina y
Uruguay. De nuevo en España, participó en la apertura a finales de 2007
del hospital de Valdemoro, el primero en Madrid que copiaba el modelo
iniciado en Valencia, y con el que se ensayaba la cesión de la gestión
hospitalaria a las compañías adjudicatarias. Su aplicación se extendió
posteriormente a los hospitales de Torrejón de Ardoz, abierto en
septiembre de 2011, y el de Móstoles, inaugurado en marzo de 2012.
Para entonces, Burgueño ya era el director general de los hospitales
de la región. Juan José Güemes, consejero de Sanidad entre 2007 y 2010,
le nombró en junio de 2008 para el puesto que ocupó durante cinco años y
medio. En su etapa como director, la Comunidad adjudicó a Ribera Salud
el hospital de Torrejón —Sanitas compró la mitad— y a Capio el de
Móstoles. También el de Collado Villalba, que estaba previsto abrir en
2011 y, pese a estar construido, permanece cerrado por la falta de
presupuesto. Aun así, cuesta 900.000 euros por cada mes que permanece
cerrado: el Ejecutivo madrileño está obligado a pagar el canon a Capio,
que tras construirlo lo gestionará durante 30 años.'
Fuente y noticia completa: El País 04/03/2014
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