'Expertos coinciden en el gran potencial que la tecnología big data
puede tener en el ámbito de la sanidad. Puede ayudar al sistema
sanitario a conocer los hábitos de vida de la población analizando las
redes sociales.
Una radiografía genera 30 megabytes de datos; una mamografía, 120, y
una tomografía computarizada, un gigabyte. La cantidad de información
generada en todo el mundo se duplica cada dos años, y el gigante Google
procesa cerca de 50 petabytes de datos (50 millones de gigas) cada dos
días, el equivalente a todos los libros que se han escrito en la
historia.
Tal cantidad de información es lo que se conoce como
big data. Sacar partido de su análisis es una tendencia imparable desde
hace cerca de una década, y empieza a verse el enorme potencial que
tiene en sanidad: "Podemos trabajar con muchas variables y muchos
individuos, obteniendo resultados imposibles de imaginar en los ensayos
tradicionales", explica Juan Luis Cruz, responsable de Informática del
Hospital Puerta de Hierro, de Madrid.
A su juicio, las vertientes de análisis son,
fundamentalmente, dos: el estudio de datos asistenciales para "conocer
resultados en salud poblacionales y detectar variabilidades en la
práctica clínica", y el de resultados para "estudiar la eficiencia de
los procesos y la toma de decisiones con recomendaciones y
predicciones".
El uso de big data y, concretamente, real world data
-registros de la vida real-, tiene "un doble potencial: en
investigación, para completar ensayos y conocer el uso de las
intervenciones y los fármacos, y en práctica clínica, para ayudar a la
toma de decisiones, crear modelos predictivos y mejorar en el día a
día", detalla José Antonio Sacristán, director médico de Lilly.'
' "En sanidad no hay cultura del dato como activo, se trabaja de forma
poco estandarizada y con mucho texto libre", se lamenta Cruz.
Además, estas bases de datos se encuentran muy
fragmentadas por la diversidad de sistemas utilizados en los distintos
servicios de salud españoles. A este respecto, "para el uso de datos de
salud es necesario que la historia clínica electrónica sea fiable, con
interoperabilidad entre todos los sistemas. Ése es el gran problema,
junto con la necesidad de conseguir que se registre lo importante",
reclama Miguel Ángel Máñez, director de Gestión del Complejo
Hospitalario de Toledo.
La otra gran barrera es la privacidad de la
información. España cuenta con una de las leyes de protección de datos
más restrictivas con los datos de salud, algo que "se tiene que superar,
porque el potencial de una tecnología como ésta es imparable", afirma
Cruz.
En este sentido, menciona iniciativas europeas que
promueven los datos abiertos (open data) e, incluso, "la posibilidad de
llegar a donar los datos a la ciencia".'
Fuente y noticia completa: Diario Médico 17/11/2014
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