jueves, 20 de noviembre de 2014

[El País] 'Una camiseta que vigila el corazón. El hospital Ramón y Cajal emplea una prenda inteligente para monitorizar a sus pacientes'

[04/11] [...] 'hacia el seguimiento a distancia de la salud de cada paciente, camina ya la telemedicina. Uno de los pioneros en esta cuestión es el jefe de Cardiología del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, José Luis Zamorano (Madrid, 1963). Pone a sus pacientes una prenda inteligente, un dispositivo tecnológico que se puede vestir (wearable) con una forma parecida a la de un top deportivo femenino, que le permite grabar lo que hace su corazón de forma permanente durante días, semanas o meses. Medio centenar de personas que han pasado por este hospital ya usan este atuendo.

“La cardiología ha mejorado mucho el diagnóstico, la prevención y la terapia. Y el siguiente paso es la monitorización remota. La telemedicina, poco a poco, empieza a ocupar un lugar importante en nuestra vida”, afirma Zamorano. La prenda inteligente con la que trabaja el equipo de este cardiólogo es el resultado de la “necesaria” colaboración entre la empresa y la investigación. La empresa de tecnología española Nuubo proporciona al hospital sus prototipos y el doctor los utiliza con sus pacientes y comunica a la compañía las mejoras que cree necesarias.'


'Pero estos son solo los primeros pasos hacia el futuro de la telemedicina. De hecho, otro de los proyectos de este equipo médico es la implantación de un chip, mediante una simple inyección subcutánea, para realizar esta monitorización cardiaca. Hacerlo realidad tendría un coste de unos cinco millones de euros, que el jefe de Cardiología ya ha pedido a Horizonte 2020, el programa de la Unión Europea que financia las iniciativas relacionadas con la investigación científica. 
 
José Luis Zamorano ve de una manera muy esperanzadora lo que puede aportar la telemedicina a los pacientes en un futuro. Y tiene claro cuál será la clave: “Los primeros monitores Holter eran mochilas que pesaban unos 10 kilos, luego fueron como un walkman y ahora son del tamaño de un dedo. Pero la verdadera revolución de la medicina actual es pensar que su piedra angular no es el médico, sino el paciente”, asevera. Y cuando se trata de cuidar algo tan delicado como el corazón, el doctor está convencido de que el paciente quiere disponer de “todos los airbags”.'
Fuente y noticia completa: El Pais 04/11/2014

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